Discapacitados de todo el mundo juegan al tenis en silla de ruedas

Oscar Sotomayor es salteño, tiene 43 años y es amante del tenis. Su trabajo sólo le deja tres tardes libres por semana, pero para dedicarse de lleno al tenis abandonó el basquet y el atletismo. Sin embargo, hay algo que lo distingue: es uno de los deportistas que participan del Segundo Torneo Internacional de Tenis sobre Silla de Ruedas, que se juega esta semana en Buenos Aires.

El torneo, que fue organizado por la Asociación Argentina de Tenis, se juega en las canchas de tenis del Círculo Militar, en Olivos, y finaliza el próximo sábado.

El campeonato tiene dos categorías: una profesional, donde juega Oscar Díaz, el número uno en el país, y una categoría B con 16 jugadores, seis de ellos argentinos, donde juega Sotomayor. Tenistas de Uruguay, Perú, Brasil, Italia, Gran Bretaña y Australia viajaron para el certamen.

Como su rival no se presentó, Sotomayor ganó el primer partido sin jugarlo. Mientras esperaba que terminaran los otros partidos, Sotomayor conversó con La Nación . "Me enfermé de poliomielitis de chico y quedé paralítico. Empecé a jugar en 1993, cuando el tenis en silla de ruedas era toda una novedad en la Argentina", relató. El tenista ocupa el cuarto lugar entre los argentinos.

Desde principios de este año, Sotomayor y un grupo de discapacitados comenzaron a entrenarse con el profesor de tenis Carlos Roldán.

Voluntariamente, y sin más recompensa que la satisfacción de verlos ganar, Roldán y otros dos entrenadores asisten a los deportistas. "Empecé con la consigna de que los entrenaba como a cualquier otro jugador. No hago diferencias", dijo.



Muchas satisfacciones

Con 14 años de experiencia, el profesor reconoció, sin embargo, que estos alumnos le dan muchas más satisfacciones. "Entrenarlos a ellos es más placentero porque el sacrificio que hacen es mayor", aseguró.

En julio próximo, en Nueva York, se jugará un torneo internacional que además será clasificatorio para las Olimpíadas Sydney 2000. "Clasifican los primeros 16 de los 32 equipos que juegan. Los argentinos tienen chances de clasificar, pero les falta apoyo económico. Sólo tienen ganas y expectativas", confió Roldán. Para comunicarse con él, su celular es el (15) 4532-0084.

Las posibilidades de los deportistas argentinos son muchas. Pero las desventajas, también. Según contó Roldán, cuando se jugaron en Puerto Rico las clasificaciones para este encuentro, los argentinos desempeñaron un muy buen papel.

Asimismo, los puntos en contra son elevados. Los deportistas no tienen sponsors, algunos no tienen sillas para jugar y les faltan pasajes para competir en Nueva York.

Sin ir más lejos, Sotomayor juega con una silla de más de 12 kilos, cuando las profesionales pesan la mitad. Claro que cuestan 7000 pesos.

"La silla tiene mucho que ver con esto. Podés estar muy preparado físicamente, pero la silla te influye mucho", explicó Sotomayor, que está obligado a competir con la misma silla con la que jugaba al basquet.

El pertenece a la Asociación Argentina de Tenis Adaptado. Eduardo Albelo Brea es su presidente. "Nuestro sueño es tener apoyo para crear un circuito deportivo que nos permita competir en el país", señaló.

Técnicamente, las reglas son las mismas, con la única excepción de que la pelota puede picar dos veces. Pero es en otro terreno donde se ven las diferencias. Aunque les falta apoyo, a estos tenistas les sobra garra.

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